viernes, 29 de mayo de 2009

EFECTOS DE LA REPRESA DEL CHOCÓN I


A TREINTA AÑOS DEL REASENTAMIENTO DE PICUN LEUFU
Alejandro Omar Balazote *
Juan Carlos Radovich **

El pequeño pueblo neuquino de Picún Leufú fue la primera localidad de la región Comahue
en sufrir un proceso de reasentamiento forzoso debido a la construcción de una gran represa
hidroeléctrica. En efecto, hacia comienzos de la década de 1970, la construcción del complejo El
Chocón-Cerros Colorados, denominada entonces “la Obra del Siglo”, motivó el reacomodo de la
población urbana y rural de dicha localidad debido al llenado del embalse artificial “Exequiel
Ramos Mexía”, generando una serie de impactos cuyos alcances se extienden hasta el presente.
Sin embargo, Picún Leufú varias décadas antes, ya había experimentado una serie de
traslados de su planta urbana, cuyos recuerdos permanecen en la memoria colectiva de su
población. En esos casos el reasentamiento se debió a razones diferentes como veremos más
adelante.
ASPECTOS GENERALES DE LA LOCALIDAD
Picún Leufú significa “Arroyo del Norte” en lengua mapuche, cuyas nacientes se
encuentran en la sierra de Chachil en el centro de la provincia de Neuquén. Luego de un recorrido
de aproximadamente 150 km, durante el cual forma un fértil valle, desemboca en el lago artificial
“Exequiel Ramos Mexía” (816 km2 de superficie y 80 mts. de profundidad).
El departamento del mismo nombre se encuentra asentado en el sector Centro-Este de la
provincia. En su totalidad posee una extensión de 4.580 km cuadrados. Picún Leufú, cabecera del
departamento se encuentra emplazada sobre la ruta nacional Nº 237, a una distancia de 135 km de
Neuquén Capital, a 300 km de San Carlos de Bariloche, a 56 km de El Chocón, a 92 km de Piedra
del Aguila, a 150 km de Zapala y a 78 km del núcleo Cutral Có-Plaza Huincul (Varios autores
1980).
* UBA abalazot@fibertel.com.ar
** INAPL-CONICET-UBA ivi@bibapl.edu.ar
BREVE HISTORIA DE PICUN LEUFU

El coronel Enrique Godoy crea el Fortín Picún Leufú el 1º de diciembre de 1882. Al año
siguiente, el 17 de diciembre de 1883, el mismo militar ya promovido al grado de general, decide
reemplazar el nombre de la localidad por el de “Cabo Alarcón”, en homenaje al suboficial del
Ejército, que durante las acciones militares llevadas a cabo contra los aborígenes de la región, murió
durante una misión de correo. Desde aquel momento dicho fortín con una dotación de 20 hombres
se constituyó en un paso obligado hacia la Cordillera de los Andes. La localidad contaba con
escuela, un palomar militar, comisaría, registro civil/juzgado de paz, almacén de ramos generales,
herrería, carpintería, fábrica de carros, etc. (Astigarraga 1982).
Entre los primeros pobladores, algunos de los cuales ya se encontraban en la zona hacia
1897, había, además de indígenas y criollos, españoles, italianos, chilenos, uruguayos y
vascos/franceses. Algunos de ellos se habían desempeñado como militares durante la campaña de
exterminio llevada a cabo contra los indígenas. La mayoría de los pobladores de origen europeo, se
dedicó a la ganadería en predios de cierta extensión, mientras que los migrantes criollos
provenientes de Chile en su mayoría, se concentraron principalmente en parajes cercanos como
Limay Centro, Paso Aguerre, El Sauce y Cerro León, dedicándose a la pequeña producción
doméstica agropecuaria, complementada con el trabajo asalariado en los establecimientos ganaderos
de la zona (Caminotti 1999).
En el año 1912 ocurrió la primera relocalización de población e infraestructura como
consecuencia del traslado de la escuela local, la comisaría y el palomar militar, produciéndose el
decaimiento de la importancia del lugar al quedar reducido a un establecimiento ganadero y un local
de comercio. Ello se debió principalmente a que algunos propietarios de la zona comenzaron a
alambrar sus “propiedades”, es decir a delimitar las tierras que reclamaban como propias, en una
época signada por la confusión e imprecisión en la demarcación y tenencia de los predios. Algunos
testimonios atribuyen el traslado al problema de las frecuentes inundaciones que el área sufría
(Caminotti 1999). El traslado del centro de servicios se realizó a una distancia de 18 kilómetros al
oeste de la desembocadura del arroyo Picún Leufú. Según el mismo autor, la decadencia de Picún
Leufú como centro de importancia debido a su estratégica ubicación geográfica en la ruta entre el
Alto Valle del Río Negro y la zona cordillerana, se debió al trazado de la vía férrea hacia Zapala en
el centro de la provincia. Esta decisión, en lugar del trazado a través de Picún Leufú selló la suerte
del poblado, el cual fue perdiendo importancia paulatinamente y en forma simultánea al crecimiento
de Zapala, especialmente a partir de 1915. Hasta entonces, Picún Leufú se había constituido
también como centro nodal de recepción y distribución de mercaderías producidas en la zona, como
por ejemplo, lanas, cueros y otros frutos, provenientes de las localidades rionegrinas de Mencué, El
Cuy, Lonco Vaca y Naupa Huén; las cuales eran transportadas en una balsa a través del río Limay
para luego ser enviadas hacia otras localidades del país como por ejemplo Bahía Blanca o Buenos
Aires. De esta manera y mediante otra investigación que realizáramos en la localidad de Naupa
Huén y en la reserva indígena de Pilquiniyeu del Limay (Balazote 1995 y Radovich 2003),
compartimos la opinión de Caminotti cuando afirma “(que) el río Limay no era una frontera o límite
que dividiera a los territorios de Neuquén y Río Negro, sino que por el contrario era una vía de
unión, en la que se desarrollaba un intenso tránsito y un comercio e intercambio entre ambas
orillas” (Caminotti 1999:4). Estos datos nos permiten conceptualizar una especie de micro-región
cuyo centro estratégico era Picún Leufú, en torno al cual se articulaban una serie de intercambios
entre las estancias ubicadas sobre las márgenes del río Limay y los pequeños chacareros ubicados
sobre tierras fiscales que practicaban una economía llevada a cabo por los miembros de la unidad
doméstica, algunos de los cuales en forma estable y otros en forma temporaria vendían su fuerza de
trabajo como peones en los establecimientos ganaderos vecinos. Estos establecimientos tenían una
gran importancia para la región, dado que por ejemplo la estancia San José, perteneciente a la
Compañía Inglesa de Tierras contaba con aproximadamente unas 20.000 cabezas de ganado lanar,
empleando en el momento de mayor auge un total de 60 peones en épocas de esquila (testimonio de
B. Z. nativo de Lonco Vaca, citado en Caminotti 1999). Este establecimiento junto con la estancia
“Soteras” estaban emplazados en la ribera rionegrina, mientas que las estancias “Cabo Alarcón”,
“Pantanitos” y “El Mangrullo” se ubicaban sobre la margen neuquina del río Limay.
Por otra parte, el 12 de diciembre de 1940 se considera la fecha de la segunda fundación del
poblado, debido a la firma del decreto Nº 79.488 por parte del entonces Presidente de la Nación,
Ramón Castillo. El pueblo constaba de 36 manzanas, sobre las cuales se encontraba el centro
comunitario en solares donados por un particular de la zona.
Trabajo extraído de CUADERNOS DE ANTROPOLOGIA, Nº 20. E/P.
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA Y PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
(INAPL)

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